Como bien sabéis, el vestido camisero es mi prenda fetiche. En mi armario cuelgan vestidos camiseros lisos, estampados, cortos, largos e incluso vestidos camiseros de ceremonia.
Creo que es una de las prendas más cómodas y favorecedoras que nos podemos poner, sólo es cuestión de dar con el corte y el estampado que mejor se adapta a nuestro cuerpo.
Su historia es larga, y también fue denominado “tea dress” o “vestido de la abuela”. No os quiero aburrir, pero sí deciros que su aparición y continuidad respondió a factores económicos.
en 1940 entró en vigor la limitación de suministros, que regulaba la cantidad de tejido que se podía utilizar en la producción textil. Se creó una moda de inspiración militar que buscaba la practicidad y comodidad.
Actrices como Merilyn Monreo, Rita Hayworth o Liz Taylor los pusieron más de moda y hasta hoy.
Os voy a presentar unos cuantos modelos, espero que os gusten tanto como a mi.
Vestido camisero azul sin mangas y con escote cruzado. Este es un modelo muy favorecedor por el corte continuo que va desde la sisa hasta el bajo. Estiliza figura, con lo que aquellas que sois más rellenitas tomad nota.
Vestido camisero de manga larga con cuello y tapetas frontales. Sé que la manga larga puede resultaros excesiva en verano, pero a mi particularmente me encantan, tanto para verano como para invierno. Suelo reciclar, loa adapto para las dos estaciones con chaquetas y polos. Este en particular me gusta por el movimiento y porque aporta luz a la cara.
Vestido camisero largo en algodón con una manga tipo capota. Es un vestido que algunas pensaréis que es “ñoño”, pero a mí me encanta. Muuuuuchas de vosotras me plateáis el problema de los vestidos largos (son mi perdición…). Que no os preocupe el tema de la estatura, el truco está en el estampado y el corte. Si sois bajitas procurad iros a tonos más lisos y uniformes, cortes alargados sin cinturón y sin complicaciones en el cuello, enseñad un poco de pierna y os dará sensación de estatura. Lo he comprobado en tienda.
Vestido de algodón fino azul con rayas.
Ya veis, aquí nos salimos del camisero de toda la vida. Tiene un corte totalmente innovador, con asimetrías y cruzado. Este también está en mi armario, lo combino con sandalias, con deportivas, americana, cazadora vaquera… Soy sincera, me veo muy bien con él, me recuerda a las camisas masculinas.
Y ahora sí, un camisero de los de quitarse el sombrero. En blanco, cruzado media manga que permite recoger con un botón y un cuello de ensueño. La foto no es muy buena, estábamos fotografiando los bolsos, pero cuando mi “enamorado” me dijo que le encantaba, que me veía elegante y sencilla pero muy femenina (suele tener muy buen gusto), pensé, uffff pues va a ser que también se vienen para casa…
Para terminar, os dejo una foto que demuestra que con un camisero te puedes hasta casar. Siempre me ha gustado este vestido que llevaba en su boda. Me parece cómodo, elegante, sencillo y muy diferente a lo establecido. No sé si algún día me volveré a casar, pero estad seguras que este modelos sería uno de los candidatos.
Como dice Chavela Vargas en "Las Simples Cosas": "...Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas..."
